Visita de Alberto Fernández a EEUU: ¿giro ideológico o pragmático?
Por Juan Manuel Severo Frers - Lic. en Relaciones Internacionales y Ciencia Política
Como sabemos, hace un poco más de una semana, la agenda externa del gobierno de Alberto Fernández estuvo marcada y ocupada por su visita a Estados Unidos, donde se reunió cara a cara con el presidente Joe Biden, en el marco de 200 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Como sabemos, hace un poco más de una semana, la agenda externa del gobierno de Alberto Fernández estuvo marcada y ocupada por su visita a Estados Unidos, donde se reunió cara a cara con el presidente Joe Biden, en el marco de 200 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Sábado 08 de abril 2023 | 12:55 Hs.
Sin embargo, el200º aniversario de aquel importante acontecimiento sólo iba a ser el pretexto formal del encuentro. En términos prácticos, había mucho en juego detrás de esa reunión y esto tenía que ver con las necesidades e intereses urgentes de ambos países, sobre todo de Argentina, que se encuentra atravesando una situación muy complicada en lo que respecta a su economía.
De esta manera, la visita de Alberto Fernández y su comitiva de funcionarios de alto rango no puede desvincularse de la actual crisis económica que enfrenta el paísy de los compromisos asumidos con el FMI a principios del año pasado.
Y es que, ante el sombrío panorama económico y la obligación de cumplir con las metas acordadas con el organismo internacional, Argentina se vio obligada a renegociar los términos de su acuerdo con el Fondo, lo cual, para lograr salir airoso, necesariamente implica contar con el aval y apoyo de Estados Unidos, cuyo voto es clave, dado su poder e influencia dentro del organismo financiero.
De esta manera, buscando el respaldo de su par estadounidense en la renegociación con el Fondo, Fernández le transmitió a Bidencuál es la situación en que se encuentra el país y las razones por la cualeshoy se convierte en casi imposible cumplir con las metas acordadas con el FMI: una sequía histórica (la peor desde 1929) que ha golpeado fuertemente al campo (principal fuente de divisas) y el impacto negativo que la guerra en Ucrania ha tenido sobre nuestra economía.
Si a ello le sumamos los problemas estructurales que Argentina arrastra por décadas (entre ellos, una inflación endémica y niveles mínimos de reservas en el Banco Central), se entiende por qué uno de los objetivos del ministro de economía, Sergio Massa, en este viaje, haya sido lograr que se le conceda una reducciónen la meta inicial de acumulación de reservas para diciembre de 2023.
Dos días después, los esfuerzos de la delegación argentina comenzaban a dar sus frutos: el FMI aprobaba la cuarta revisión del acuerdo con Argentina, flexibilizando la meta de acumulación de reservas internacionalesy liberando un giro de 5.400 millones de dólarespara saldar vencimientos que tiene con el mismo organismo.
Ahora bien, el motivo de esta visita no sólo respondió a factores externos. Variables domésticas como el hecho de ser este un año electoral, han jugado un papel importante en la necesidad del gobierno de contar con el apoyo necesario para relajar las metas acordadas con el FMI, ante la certeza de que,en este momento, un ajuste en las cuentas públicas afectará los niveles de popularidad de la coalición gobernante.
Otros factores domésticos como el paralelismo que se puede trazar entre ambos países sobre el debate acerca de la libre portación de armas, la herencia recibida por ambos gobiernos y la necesidad de fortalecer la democracia, también fueron aprovechados para sacar algún rédito político frente a la oposición interna.
Por otra parte, ¿Qué buscaba Joe Bidenrecibiendo en Washington a su par argentino?A esta altura no deberían quedar dudas de que su respaldo no ha sido de forma desinteresada y que Estados Unidos tiene intereses vitales que atender en América Latina, sobre todo en un contexto internacional y regional muy restrictivo y donde Argentina es una pieza clave en ese tablero geopolítico.
En este sentido, no sólo le ha abierto las puertas a Fernández parabeneficiarse de la concreción de acuerdos en materia de cooperación espacial, 5G, energías limpias y/o medio ambiente (cuestión ésta en la que busca asumir el liderazgo mundial). También hay otros factores por los cuales Estados Unidos busca un acercamiento con el país austral: la amenaza de China, la creciente valorización del litio y el rol de nuestro país como proveedor de materias primas.
En cuanto al gigante asiático, el gobierno norteamericano es muy consciente de la amenaza que representa su creciente presencia en suelo latinoamericano, tanto en materia comercial como de inversiones. Por lo tanto, considera que no puede (ni debe) continuar cediendo terreno a su principal oponente geopolítico a nivel global. La lectura que se hace es en términos de suma cero: dejar a la Argentinaa la merced significa empujarla hacia las manos de China, lo que obviamente se quiere evitar.
Otro factor no menos importante es que Argentina forma parte de los que se conoce como el “triángulo del litio”, un concepto geopolítico acuñado para designar las grandes reservas de ese metal blando que existen en Argentina, Chile y Bolivia, y que hoy está siendo muy demandado por su creciente uso en las baterías de los vehículos eléctricos, celulares y otros componentes tecnológicos de avanzada. Tengamos en cuenta que nuestro país se ha convertido en uno de los principales productores mundiales y el principal exportador a EEUU.
Por último, su aproximación también responde a la creciente importancia que tiene Argentina como proveedor de materias primas a nivel mundial, imprescindible en el actual contexto de la guerra en Ucrania, ante la aguda crisis global de seguridad alimentaria que se presenta como consecuencia del conflicto.
Esen este marco de intereses comunes y contrapuestos que se desarrolla el renovado acercamiento entre Argentina y Estados Unidos y se abre el interrogante de cómo estos nuevos entendimientos, tanto con la primera potencia mundial como con el FMI, pueden impactar y condicionar la agenda del gobierno de cara a las elecciones generales de octubre.
De esta manera, la visita de Alberto Fernández y su comitiva de funcionarios de alto rango no puede desvincularse de la actual crisis económica que enfrenta el paísy de los compromisos asumidos con el FMI a principios del año pasado.
Y es que, ante el sombrío panorama económico y la obligación de cumplir con las metas acordadas con el organismo internacional, Argentina se vio obligada a renegociar los términos de su acuerdo con el Fondo, lo cual, para lograr salir airoso, necesariamente implica contar con el aval y apoyo de Estados Unidos, cuyo voto es clave, dado su poder e influencia dentro del organismo financiero.
De esta manera, buscando el respaldo de su par estadounidense en la renegociación con el Fondo, Fernández le transmitió a Bidencuál es la situación en que se encuentra el país y las razones por la cualeshoy se convierte en casi imposible cumplir con las metas acordadas con el FMI: una sequía histórica (la peor desde 1929) que ha golpeado fuertemente al campo (principal fuente de divisas) y el impacto negativo que la guerra en Ucrania ha tenido sobre nuestra economía.
Si a ello le sumamos los problemas estructurales que Argentina arrastra por décadas (entre ellos, una inflación endémica y niveles mínimos de reservas en el Banco Central), se entiende por qué uno de los objetivos del ministro de economía, Sergio Massa, en este viaje, haya sido lograr que se le conceda una reducciónen la meta inicial de acumulación de reservas para diciembre de 2023.
Dos días después, los esfuerzos de la delegación argentina comenzaban a dar sus frutos: el FMI aprobaba la cuarta revisión del acuerdo con Argentina, flexibilizando la meta de acumulación de reservas internacionalesy liberando un giro de 5.400 millones de dólarespara saldar vencimientos que tiene con el mismo organismo.
Ahora bien, el motivo de esta visita no sólo respondió a factores externos. Variables domésticas como el hecho de ser este un año electoral, han jugado un papel importante en la necesidad del gobierno de contar con el apoyo necesario para relajar las metas acordadas con el FMI, ante la certeza de que,en este momento, un ajuste en las cuentas públicas afectará los niveles de popularidad de la coalición gobernante.
Otros factores domésticos como el paralelismo que se puede trazar entre ambos países sobre el debate acerca de la libre portación de armas, la herencia recibida por ambos gobiernos y la necesidad de fortalecer la democracia, también fueron aprovechados para sacar algún rédito político frente a la oposición interna.
Por otra parte, ¿Qué buscaba Joe Bidenrecibiendo en Washington a su par argentino?A esta altura no deberían quedar dudas de que su respaldo no ha sido de forma desinteresada y que Estados Unidos tiene intereses vitales que atender en América Latina, sobre todo en un contexto internacional y regional muy restrictivo y donde Argentina es una pieza clave en ese tablero geopolítico.
En este sentido, no sólo le ha abierto las puertas a Fernández parabeneficiarse de la concreción de acuerdos en materia de cooperación espacial, 5G, energías limpias y/o medio ambiente (cuestión ésta en la que busca asumir el liderazgo mundial). También hay otros factores por los cuales Estados Unidos busca un acercamiento con el país austral: la amenaza de China, la creciente valorización del litio y el rol de nuestro país como proveedor de materias primas.
En cuanto al gigante asiático, el gobierno norteamericano es muy consciente de la amenaza que representa su creciente presencia en suelo latinoamericano, tanto en materia comercial como de inversiones. Por lo tanto, considera que no puede (ni debe) continuar cediendo terreno a su principal oponente geopolítico a nivel global. La lectura que se hace es en términos de suma cero: dejar a la Argentinaa la merced significa empujarla hacia las manos de China, lo que obviamente se quiere evitar.
Otro factor no menos importante es que Argentina forma parte de los que se conoce como el “triángulo del litio”, un concepto geopolítico acuñado para designar las grandes reservas de ese metal blando que existen en Argentina, Chile y Bolivia, y que hoy está siendo muy demandado por su creciente uso en las baterías de los vehículos eléctricos, celulares y otros componentes tecnológicos de avanzada. Tengamos en cuenta que nuestro país se ha convertido en uno de los principales productores mundiales y el principal exportador a EEUU.
Por último, su aproximación también responde a la creciente importancia que tiene Argentina como proveedor de materias primas a nivel mundial, imprescindible en el actual contexto de la guerra en Ucrania, ante la aguda crisis global de seguridad alimentaria que se presenta como consecuencia del conflicto.
Esen este marco de intereses comunes y contrapuestos que se desarrolla el renovado acercamiento entre Argentina y Estados Unidos y se abre el interrogante de cómo estos nuevos entendimientos, tanto con la primera potencia mundial como con el FMI, pueden impactar y condicionar la agenda del gobierno de cara a las elecciones generales de octubre.
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