Alquiló una casa en un country para sus albañiles, pero denuncia que los discriminan
Un vecino del barrio privado quiso que los trabajadores, que levantan una obra, vivieran en el predio. Sin embargo, desde la administración le impiden que duerman en el lugar. Las autoridades aseguran que se debe a un tema de inseguridad.
Martes 05 de diciembre 2023 | 09:28 Hs.
El country Estancia Las Lilas de Luján es protagonista por estos días de una conflictiva historia que comenzó a principios de noviembre y estalló en un verdadero escándalo a fin de mes. Los propietarios de un lote en construcción denuncian que no les permiten a los obreros dormir adentro del barrio privado porque “manchan el paisaje”, mientras que desde la administración del country señalaron que solamente hacen respetar el reglamento y que la posición que tomaron se debe a los episodios de inseguridad reciente.
“J.T” y “J.O” -los socios propietarios del lote en construcción- ya habían tenido inconvenientes hace algunos meses con una empresa que no cumplió con la obra acordada. Fue por ello que decidieron convocar a un arquitecto conocido para que termine lo antes posible.
Este arquitecto, residente en la provincia de La Pampa, aceptó la propuesta y pidió traer a su equipo de trabajo, a su gente de confianza, a trabajar a Luján. Los dueños, quienes pidieron preservar sus nombres, tomaron la decisión de alquilarles una casa a los obreros dentro del mismo country para acelerar los tiempos de trabajo. La propiedad está ubicada a 75 metros de la obra y la dueña la alquiló con el conocimiento de que iba a estar ocupada por personal de obra. “Está aclarado en el contrato”, señaló uno de los denunciantes.
En simultáneo con la firma del alquiler comenzaron los cruces con la administración del barrio privado. El primer roce llegó en una charla informal, cuando “J.T” le consultó al presidente de la comisión de infraestructura, Gustavo Molinatti, si había inconvenientes con que los obreros sean inquilinos del country. “Mirá, no te lo recomiendo”, fue la respuesta.
Pese a la advertencia de Molinatti, los dos amigos decidieron avanzar con el alquiler dado que la dueña de la propiedad estaba de acuerdo y no había manifestado ningún tipo de problema. La primera semana de noviembre hubo trabajos relacionados con la conexión eléctrica de la casa. “Eran el electricista, un ayudante y el arquitecto. Durmieron de martes a viernes y comenzaron los problemas”, señaló uno de los dueños.
A los roces cotidianos por el conflicto de intereses, se le sumó un ida y vuelta de cartas. La primera advertencia llegó el 10 de noviembre, la Administración de Estancia Las Lilas la envió: “Se los intima para que en el plazo perentorio de 24 horas procedan al retiro del personal del ejido del barrio”, señala el comunicado.
El pedido de la administración era concreto: solicitaban que los obreros no permanezcan en el country después de las 18, dado que ese era el horario en el que terminaba la jornada laboral dentro del barrio privado. La carta también les advirtió a los dueños del lote sobre las posibles sanciones que le podían caer como una multa por cada día de mora en el incumplimiento o la paralización total de las obras.
Lejos de calmar las aguas, “J.T” y “J.O” redoblaron la apuesta y acusaron a la administración de tener tratos discriminatorios contra los obreros e hicieron especial enfásis en que luego de las 18 los mismos eran inquilinos en otra propiedad.
“J.T” y “J.O” -los socios propietarios del lote en construcción- ya habían tenido inconvenientes hace algunos meses con una empresa que no cumplió con la obra acordada. Fue por ello que decidieron convocar a un arquitecto conocido para que termine lo antes posible.
Este arquitecto, residente en la provincia de La Pampa, aceptó la propuesta y pidió traer a su equipo de trabajo, a su gente de confianza, a trabajar a Luján. Los dueños, quienes pidieron preservar sus nombres, tomaron la decisión de alquilarles una casa a los obreros dentro del mismo country para acelerar los tiempos de trabajo. La propiedad está ubicada a 75 metros de la obra y la dueña la alquiló con el conocimiento de que iba a estar ocupada por personal de obra. “Está aclarado en el contrato”, señaló uno de los denunciantes.
En simultáneo con la firma del alquiler comenzaron los cruces con la administración del barrio privado. El primer roce llegó en una charla informal, cuando “J.T” le consultó al presidente de la comisión de infraestructura, Gustavo Molinatti, si había inconvenientes con que los obreros sean inquilinos del country. “Mirá, no te lo recomiendo”, fue la respuesta.
Pese a la advertencia de Molinatti, los dos amigos decidieron avanzar con el alquiler dado que la dueña de la propiedad estaba de acuerdo y no había manifestado ningún tipo de problema. La primera semana de noviembre hubo trabajos relacionados con la conexión eléctrica de la casa. “Eran el electricista, un ayudante y el arquitecto. Durmieron de martes a viernes y comenzaron los problemas”, señaló uno de los dueños.
A los roces cotidianos por el conflicto de intereses, se le sumó un ida y vuelta de cartas. La primera advertencia llegó el 10 de noviembre, la Administración de Estancia Las Lilas la envió: “Se los intima para que en el plazo perentorio de 24 horas procedan al retiro del personal del ejido del barrio”, señala el comunicado.
El pedido de la administración era concreto: solicitaban que los obreros no permanezcan en el country después de las 18, dado que ese era el horario en el que terminaba la jornada laboral dentro del barrio privado. La carta también les advirtió a los dueños del lote sobre las posibles sanciones que le podían caer como una multa por cada día de mora en el incumplimiento o la paralización total de las obras.
Lejos de calmar las aguas, “J.T” y “J.O” redoblaron la apuesta y acusaron a la administración de tener tratos discriminatorios contra los obreros e hicieron especial enfásis en que luego de las 18 los mismos eran inquilinos en otra propiedad.
Más leídas
Más noticias
© 2024 Radiocanal - Todos los derechos reservados