Avellaneda: dos motochorros encañonaron a un vecino y le robaron su camioneta
El hecho ocurrió el domingo pasado a la noche en la localidad de Piñeyro. El vehículo fue hallado horas más tarde en Pompeya. “Vivo con el miedo de que vuelvan”, aseguró la víctima
Martes 09 de enero 2024 | 14:00 Hs.
Un vecino de la localidad de Piñeyro, en el partido bonaerense de Avellaneda, fue víctima de un violento robo el pasado domingo por la noche, cuando dos motochorros lo encañonaron mientras se disponía a cerrar el portón del garage de su domicilio, donde segundos antes había estacionado su camioneta 4x4. En un momento de descuido, uno de los delincuentes lo abordó, lo apuntó con un arma de fuego, se subió al rodado y, junto a su cómplice, ambos se dieron a la fuga.
Una de las cámaras, instalada en el interior del garage, registró el momento en el que el dueño del rodado alza sus dos brazos ante la advertencia de los ladrones. “Levantá las manos, levantá las manos. Dame las llaves de la camioneta”, le exigió uno de los delincuentes a la víctima, a lo que él le respondió que se encontraban puestas en el tambor de arranque.
“Si te movés, te mato, ¿me escuchaste?”, le advirtió el motochorro al dueño de casa, mientras éste retrocedía sobre sus pasos con el miedo evidente -y lógico- ante la posibilidad de recibir un disparo. Luego, le exigieron que se colocara de boca al piso, a lo cual el vecino accedió sin poner reparo alguno.
Cuando el delincuente arrancó la camioneta y salió del garage, la víctima se reincorporó por sus propios medios. Pensaba que la pesadilla ya había finalizado, pero no estaba en lo cierto. El asaltante a bordo del rodado frenó sobre la vereda, descendió del mismo y tomó algo del piso. Luego, a partir del relato de la víctima, se supo que era una bala que se le había caído al atacante en pleno asalto.
“No tengo nada, no tengo nada”, repetía una y otra vez el vecino en su intento por convencer a los atacantes y que se retiraran de inmediato: los ladrones huyeron del lugar y el hombre resultó ileso.
Una de las cámaras, instalada en el interior del garage, registró el momento en el que el dueño del rodado alza sus dos brazos ante la advertencia de los ladrones. “Levantá las manos, levantá las manos. Dame las llaves de la camioneta”, le exigió uno de los delincuentes a la víctima, a lo que él le respondió que se encontraban puestas en el tambor de arranque.
“Si te movés, te mato, ¿me escuchaste?”, le advirtió el motochorro al dueño de casa, mientras éste retrocedía sobre sus pasos con el miedo evidente -y lógico- ante la posibilidad de recibir un disparo. Luego, le exigieron que se colocara de boca al piso, a lo cual el vecino accedió sin poner reparo alguno.
Cuando el delincuente arrancó la camioneta y salió del garage, la víctima se reincorporó por sus propios medios. Pensaba que la pesadilla ya había finalizado, pero no estaba en lo cierto. El asaltante a bordo del rodado frenó sobre la vereda, descendió del mismo y tomó algo del piso. Luego, a partir del relato de la víctima, se supo que era una bala que se le había caído al atacante en pleno asalto.
“No tengo nada, no tengo nada”, repetía una y otra vez el vecino en su intento por convencer a los atacantes y que se retiraran de inmediato: los ladrones huyeron del lugar y el hombre resultó ileso.
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