Columna de Economía: “presupuesto 2025”
En esta nueva oportunidad, el Doctor en Ciencias Económicas Carlos Cravero, nos comenta sobre el anuncio de presupuesto 2025 que realizó el presidente Javier Milei.
Jueves 19 de septiembre 2024 | 14:27 Hs.
El pasado domingo, el Presidente presentó, en tiempo y forma, el presupuesto nacional de recursos y gastos para el año 2025 al Congreso Nacional. Antes de adentrarnos en el análisis del discurso, es fundamental comprender qué implica el Presupuesto Nacional.
Como su nombre indica, se trata de un cálculo anticipado sobre los ingresos y gastos que la administración nacional tendrá durante el año. Salvando las distancias, esto es similar a lo que ocurre en un hogar, donde ajustamos nuestros gastos según nuestros ingresos. El presupuesto es la ley madre de todas las leyes económicas, ya que no solo detalla los ingresos y gastos, sino que también establece proyecciones sobre la inflación y otras variables económicas, como la cotización del dólar.
La presentación del Presidente fue más política que técnica, decepcionando a quienes esperaban un enfoque detallado sobre cifras concretas. Sin embargo, sí estableció las líneas generales que enmarcan la elaboración del presupuesto, enunciando los pilares de su gestión: déficit cero y no emisión monetaria.
Entre los aspectos técnicos o metas del presupuesto se destacan:
-Inflación proyectada: 18,3% anual.
-Cotización del dólar oficial: $1.207.
Crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI): 5% anual.
-Ajuste adicional de los gobiernos provinciales: 60.000 millones de dólares.
A pesar de estas metas, surgen dudas sobre su viabilidad. Por ejemplo, la inflación podría verse afectada por el ajuste mensual de los servicios públicos, que en agosto fue el principal impulsor del Índice de Precios al Consumidor (IPC), superando el 4% esperado. En cuanto a la cotización del dólar oficial, si bien es una decisión gubernamental, el riesgo de un rezago en su valor persiste si la inflación no se controla adecuadamente. El pronóstico de crecimiento del PBI parece razonable, especialmente tras la significativa caída en 2024, pero sigue generando inquietudes.
El ajuste adicional para los gobernadores es otro punto de controversia, generando críticas entre los mandatarios provinciales. Además, el presupuesto presenta cuestionamientos en diversas partidas. Por un lado, no se incluye en su totalidad la deuda que la Nación tiene con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por coparticipación. Por otro, los recursos destinados al funcionamiento de las universidades no han sido actualizados, lo que podría afectar su operatividad.
A este panorama se suma la incertidumbre sobre posibles vetos a normas legales aprobadas por el Congreso, como en temas de jubilaciones y financiamiento universitario, lo que complica aún más la aprobación de este presupuesto.
El desafío será, sin duda, alcanzar un consenso que permita avanzar en un presupuesto que no solo sea fiscalmente responsable, sino también equitativo y funcional para todas las áreas del país.
Les compartimos la nota completa donde el Doctor en Ciencias Económicas Carlos Cravero, realiza este análisis.
Como su nombre indica, se trata de un cálculo anticipado sobre los ingresos y gastos que la administración nacional tendrá durante el año. Salvando las distancias, esto es similar a lo que ocurre en un hogar, donde ajustamos nuestros gastos según nuestros ingresos. El presupuesto es la ley madre de todas las leyes económicas, ya que no solo detalla los ingresos y gastos, sino que también establece proyecciones sobre la inflación y otras variables económicas, como la cotización del dólar.
La presentación del Presidente fue más política que técnica, decepcionando a quienes esperaban un enfoque detallado sobre cifras concretas. Sin embargo, sí estableció las líneas generales que enmarcan la elaboración del presupuesto, enunciando los pilares de su gestión: déficit cero y no emisión monetaria.
Entre los aspectos técnicos o metas del presupuesto se destacan:
-Inflación proyectada: 18,3% anual.
-Cotización del dólar oficial: $1.207.
Crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI): 5% anual.
-Ajuste adicional de los gobiernos provinciales: 60.000 millones de dólares.
A pesar de estas metas, surgen dudas sobre su viabilidad. Por ejemplo, la inflación podría verse afectada por el ajuste mensual de los servicios públicos, que en agosto fue el principal impulsor del Índice de Precios al Consumidor (IPC), superando el 4% esperado. En cuanto a la cotización del dólar oficial, si bien es una decisión gubernamental, el riesgo de un rezago en su valor persiste si la inflación no se controla adecuadamente. El pronóstico de crecimiento del PBI parece razonable, especialmente tras la significativa caída en 2024, pero sigue generando inquietudes.
El ajuste adicional para los gobernadores es otro punto de controversia, generando críticas entre los mandatarios provinciales. Además, el presupuesto presenta cuestionamientos en diversas partidas. Por un lado, no se incluye en su totalidad la deuda que la Nación tiene con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por coparticipación. Por otro, los recursos destinados al funcionamiento de las universidades no han sido actualizados, lo que podría afectar su operatividad.
A este panorama se suma la incertidumbre sobre posibles vetos a normas legales aprobadas por el Congreso, como en temas de jubilaciones y financiamiento universitario, lo que complica aún más la aprobación de este presupuesto.
El desafío será, sin duda, alcanzar un consenso que permita avanzar en un presupuesto que no solo sea fiscalmente responsable, sino también equitativo y funcional para todas las áreas del país.
Les compartimos la nota completa donde el Doctor en Ciencias Económicas Carlos Cravero, realiza este análisis.
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