El FMI prevé que este año la Argentina registrará una inflación del 88% y que el PBI no crecerá
El organismo estimó en el informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) que publicó hoy que la suba de los precios se mantendrá en un nivel muy elevado y pidió políticas fiscales y monetarias prudentes y contractivas, acordes con el programa firmado con la institución.
Martes 11 de abril 2023 | 13:30 Hs.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró sus proyecciones de inflación y de crecimiento económico de este año para la Argentina: estimó que la suba de precios será en 2023 de 88% y que el PBI terminará este año con una muy leve mejora del 0,2%, según publicó en el último informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en inglés) que dio a conocer este martes.
Los economistas del Fondo fueron tajantes: afirmaron que la inflación en el país se mantendrá en niveles “muy elevados” y que, para anclar expectativas, el Gobierno debe seguir al pie de la letra el programa firmado en 2022 con el organismo multilateral, pese a las fantasías de la Casa Rosada sobre una relajación tajante en las metas del acuerdo.
De esta forma, el organismo dejó de lado sus estimaciones anteriores, que esperaban un 60% para la inflación anual de punta a punta y de 76% medida en promedio anual. Para este último número, el Fondo Monetario prevé ahora un IPC de 98,6%, lo que deja entrever que el ritmo de suba de precios podría desacelerarse en la última parte del año. El staff había asegurado que hacia mitad de año el IPC podría ubicarse más cerca del 4% mensual y todavía sus estimaciones se ubican por debajo de los cálculos privados.
El impacto de la sequía y el inicio de año con cifras inflacionarias mensuales más altas de lo previsto obligaron al Fondo Monetario a revisar sus proyecciones de base, que tendrán un correlato en las metas condiciones de déficit fiscal y de emisión monetaria, que están expresadas en pesos y que, por ende, deberán ser actualizadas en términos nominales.
El nuevo WEO se presentó desde las 10 hora argentina en una conferencia de prensa a cargo del economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, y sus colaboradores Petya Koeva Brooks y Daniel Leigh.
Ante preguntas de Infobae y La Nación, Gourinchas explicó por qué redujeron el pronóstico de crecimiento y aumentaron el de inflación. “La razón por la que tenemos esa revisión a la baja del PBI, en 2023 es muy bajo, es por la sequía masiva y estamos viendo si es (un fenómeno) transitorio. En 2024 esperamos un crecimiento del 2%”.
“Sobre la inflación hemos visto cierto progreso, pero los desafíos nos han llevado a un aumento, desde enero del 60 al 88 por ciento desde el último pronóstico, realizado en enero”, indicó el economista jefe del Fondo.
En tanto, Koeva Brooks agregó sobre el PBI que “ya vimos una desaceleración marcada en el último trimestre del 2022 y la inflación al cierre del 2022 en 94,8% fue una cifra bastante alta, y vimos un repunte en enero por los precios de los alimentos”.
“Las presiones de la inflación subyacente siguen presentes por expectativas inflacionarias no ancladas. Estimamos que continuará en niveles muy elevados. Ahí entra la importancia de tener políticas monetarias y fiscales contractivas y prudentes, de acuerdo al programa con el FMI”, concluyó, tajante.
El panorama global
Gourinchas afirmó que la inflación disminuirá este año a nivel global respecto del 2022 y destacó que “muchas economías emergentes están repuntando”, aunque hay riesgos por la crisis bancaria reciente y la rigidez de la inflación para bajar. “Hay poca evidencia de una espiral salarial en la mayoría de los países; mientras las expectativas inflacionarias estén bien ancladas, no nos preocupa este fenómeno”, aclaró. A la vez, indicó que la reciente crisis bancaria en EEUU y Europa podría generar una leve reducción en el PBI global si se mantiene en los próximos meses a través de un aumento en la salida del flujo de capitales de los países emergentes, una apreciación del dólar y una contracción del crédito.
En este sentido, consideró que la política de consolidación fiscal puede ayudar a amortiguar los efectos de esta situación. A la vez, destacó la necesidad de seguir consolidando la integración comercial entre los países. Los expertos se refirieron también a la situación de Rusia y del Reino Unido. También, a la compleja situación de deuda soberana que enfrentan varios países pobres ante el aumento de las tasas de interés.
La situación local
En su último informe de staff, dado a conocer la semana pasada, el Fondo Monetario había alertado sobre la sequía, sobre la falta de acumulación de reservas y sobre la inflación. Sobre este último punto había considerado que “se debe mantener una postura de política monetaria estricta para hacer frente a las altas y crecientes presiones inflacionarias y respaldar la demanda de activos en pesos”.
“Se necesitan tasas de política reales lo suficientemente altas hasta que las expectativas de inflación tomen una clara tendencia a la baja, y es posible que se justifiquen nuevos aumentos de tasas en caso de nuevos choques inflacionarios y/o una intensificación de las presiones cambiarias”, apuntó el organismo.
La aceleración de la inflación, postuló el FMI, podría afectar, en un contexto electoral, la posibilidad de cumplimiento del programa. “Una inflación más alta y un crecimiento mucho más bajo podrían alimentar el descontento social y socavar el apoyo al programa, particularmente dado el ciclo electoral. En este contexto, la planificación de contingencias y la formulación ágil de políticas serán indispensables para mejorar la probabilidad de éxito del programa, y es posible que se requiera un endurecimiento adicional de las políticas y ajustes de las políticas cambiarias”, anticipó el Fondo.
Fuente: Infobae
Los economistas del Fondo fueron tajantes: afirmaron que la inflación en el país se mantendrá en niveles “muy elevados” y que, para anclar expectativas, el Gobierno debe seguir al pie de la letra el programa firmado en 2022 con el organismo multilateral, pese a las fantasías de la Casa Rosada sobre una relajación tajante en las metas del acuerdo.
De esta forma, el organismo dejó de lado sus estimaciones anteriores, que esperaban un 60% para la inflación anual de punta a punta y de 76% medida en promedio anual. Para este último número, el Fondo Monetario prevé ahora un IPC de 98,6%, lo que deja entrever que el ritmo de suba de precios podría desacelerarse en la última parte del año. El staff había asegurado que hacia mitad de año el IPC podría ubicarse más cerca del 4% mensual y todavía sus estimaciones se ubican por debajo de los cálculos privados.
El impacto de la sequía y el inicio de año con cifras inflacionarias mensuales más altas de lo previsto obligaron al Fondo Monetario a revisar sus proyecciones de base, que tendrán un correlato en las metas condiciones de déficit fiscal y de emisión monetaria, que están expresadas en pesos y que, por ende, deberán ser actualizadas en términos nominales.
El nuevo WEO se presentó desde las 10 hora argentina en una conferencia de prensa a cargo del economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, y sus colaboradores Petya Koeva Brooks y Daniel Leigh.
Ante preguntas de Infobae y La Nación, Gourinchas explicó por qué redujeron el pronóstico de crecimiento y aumentaron el de inflación. “La razón por la que tenemos esa revisión a la baja del PBI, en 2023 es muy bajo, es por la sequía masiva y estamos viendo si es (un fenómeno) transitorio. En 2024 esperamos un crecimiento del 2%”.
“Sobre la inflación hemos visto cierto progreso, pero los desafíos nos han llevado a un aumento, desde enero del 60 al 88 por ciento desde el último pronóstico, realizado en enero”, indicó el economista jefe del Fondo.
En tanto, Koeva Brooks agregó sobre el PBI que “ya vimos una desaceleración marcada en el último trimestre del 2022 y la inflación al cierre del 2022 en 94,8% fue una cifra bastante alta, y vimos un repunte en enero por los precios de los alimentos”.
“Las presiones de la inflación subyacente siguen presentes por expectativas inflacionarias no ancladas. Estimamos que continuará en niveles muy elevados. Ahí entra la importancia de tener políticas monetarias y fiscales contractivas y prudentes, de acuerdo al programa con el FMI”, concluyó, tajante.
El panorama global
Gourinchas afirmó que la inflación disminuirá este año a nivel global respecto del 2022 y destacó que “muchas economías emergentes están repuntando”, aunque hay riesgos por la crisis bancaria reciente y la rigidez de la inflación para bajar. “Hay poca evidencia de una espiral salarial en la mayoría de los países; mientras las expectativas inflacionarias estén bien ancladas, no nos preocupa este fenómeno”, aclaró. A la vez, indicó que la reciente crisis bancaria en EEUU y Europa podría generar una leve reducción en el PBI global si se mantiene en los próximos meses a través de un aumento en la salida del flujo de capitales de los países emergentes, una apreciación del dólar y una contracción del crédito.
En este sentido, consideró que la política de consolidación fiscal puede ayudar a amortiguar los efectos de esta situación. A la vez, destacó la necesidad de seguir consolidando la integración comercial entre los países. Los expertos se refirieron también a la situación de Rusia y del Reino Unido. También, a la compleja situación de deuda soberana que enfrentan varios países pobres ante el aumento de las tasas de interés.
La situación local
En su último informe de staff, dado a conocer la semana pasada, el Fondo Monetario había alertado sobre la sequía, sobre la falta de acumulación de reservas y sobre la inflación. Sobre este último punto había considerado que “se debe mantener una postura de política monetaria estricta para hacer frente a las altas y crecientes presiones inflacionarias y respaldar la demanda de activos en pesos”.
“Se necesitan tasas de política reales lo suficientemente altas hasta que las expectativas de inflación tomen una clara tendencia a la baja, y es posible que se justifiquen nuevos aumentos de tasas en caso de nuevos choques inflacionarios y/o una intensificación de las presiones cambiarias”, apuntó el organismo.
La aceleración de la inflación, postuló el FMI, podría afectar, en un contexto electoral, la posibilidad de cumplimiento del programa. “Una inflación más alta y un crecimiento mucho más bajo podrían alimentar el descontento social y socavar el apoyo al programa, particularmente dado el ciclo electoral. En este contexto, la planificación de contingencias y la formulación ágil de políticas serán indispensables para mejorar la probabilidad de éxito del programa, y es posible que se requiera un endurecimiento adicional de las políticas y ajustes de las políticas cambiarias”, anticipó el Fondo.
Fuente: Infobae
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