El Gobierno busca cerrar 2024 sin déficit y se aferra a la regla fiscal para controlar el gasto
En medio de tensas negociaciones con la oposición, el proyecto de Presupuesto 2025 enfrenta demoras en el Congreso. A pocos días del cierre del período de sesiones ordinarias, el Gobierno aún no logra el consenso necesario para su aprobación, y el oficialismo no descarta que el debate se extienda a las sesiones extraordinarias de diciembre.
El diseño del Presupuesto, fuertemente condicionado por la regla fiscal, prioriza un escenario de equilibrio financiero sin déficit primario tras el pago de intereses de la deuda. Sin embargo, casi el 80% de las partidas son "intocables", lo que limita el margen de maniobra para atender las demandas opositoras y reconfigurar el gasto.
Diseño rígido y prioridades
El Presupuesto 2025 asigna recursos equivalentes al 15,1% del PBI, incluyendo un 6,3% a jubilaciones, 2,6% a asistencia social y 1,8% a salarios públicos. Apenas el 0,6% está destinado a gastos de capital, una de las áreas más afectadas por el ajuste.
Entre las medidas destacadas figuran iniciativas de "acompañamiento social sin intermediaciones", refuerzo en seguridad y defensa, privatización de empresas públicas y una reducción drástica de programas presupuestarios. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el 78,1% de las partidas quedarían protegidas de ajustes automáticos, limitando los cambios posibles al 21,9% restante, donde se incluyen subsidios, programas sociales y transferencias a provincias.
Obstáculos en el Congreso
El presidente de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, suspendió una reunión clave para firmar el dictamen, debido a la falta de acuerdo entre oficialismo y oposición. Las demandas de los bloques opositores y de La Libertad Avanza incluyen mayores fondos para las provincias y obras públicas, partidas que ya han sido recortadas significativamente este año.
Aunque el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, actúa como enlace para gestionar estas demandas, en la oposición sospechan que el Ejecutivo evalúa prorrogar nuevamente el presupuesto vigente, como sucedió en 2023.
Impacto político y económico
La aprobación del Presupuesto no solo tiene relevancia interna, sino que envía un mensaje de estabilidad fiscal a los mercados y organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este último ha destacado la importancia de tener un marco presupuestario aprobado como condición previa para un posible acuerdo que permita financiamiento adicional y facilite la eliminación de controles cambiarios.
Analistas económicos, como la Fundación Mediterránea, valoraron el énfasis en el equilibrio fiscal, pero instaron a incorporar definiciones más claras en áreas clave como la calidad del gasto, el ordenamiento tributario y la reforma previsional.
Próximos pasos
El desenlace de las negociaciones será crucial no solo para definir el rumbo económico interno, sino también para establecer la base de un nuevo acuerdo con el FMI. La falta de consenso podría llevar a un nuevo retraso en las reformas estructurales necesarias para estabilizar los precios, atraer inversiones y garantizar la gobernabilidad financiera en un contexto internacional desafiante.