El refugio nocturno de San Francisco cumple tres años brindando asistencia ante el avance del invierno y la crisis social
En junio se cumplen tres años desde la puesta en marcha del Refugio Nocturno de San Francisco, un espacio destinado a ofrecer resguardo, alimento y contención a personas en situación de calle. Su funcionamiento ininterrumpido desde 2022 lo ha convertido en una herramienta clave frente a los desafíos que impone el invierno y el agravamiento de la crisis económica.
Viernes 13 de junio 2025 | 12:40 Hs.
El refugio abre sus puertas todas las noches a partir de las 20 y permanece activo hasta las 8 del día siguiente. Allí, quienes ingresan acceden a una cama con ropa de abrigo, cena, desayuno y elementos de higiene. El dispositivo cuenta con capacidad para albergar hasta 16 personas por jornada.
Ubicado en la intersección de Dante Alighieri y Avellaneda, el espacio no solo brinda protección frente a las bajas temperaturas, sino que también ofrece acompañamiento por parte de un equipo profesional. Esta labor se desarrolla en el marco de una coordinación entre la Secretaría de Políticas Sociales del municipio y el Consejo Interreligioso Social, con el objetivo de asistir a quienes enfrentan una combinación de dificultades económicas, sociales y personales.
Durante el verano de 2025, la ocupación del refugio alcanzó niveles significativamente más altos que en años anteriores. Las camas disponibles llegaron a cubrirse en un 70 %, frente al 30 % registrado en el mismo período de 2024. Este crecimiento refleja una mayor demanda vinculada a la precarización laboral, especialmente entre quienes dependen de trabajos informales y temporales que ya no alcanzan para cubrir necesidades básicas como el alquiler de una habitación.
Más allá del contexto económico, el perfil de quienes acuden al refugio también está marcado por situaciones complejas como el aislamiento social, los consumos problemáticos y las dificultades para sostener procesos de recuperación. Estos factores suelen agravar la situación de calle, y dificultan la reintegración en redes familiares o comunitarias.
Aunque el refugio no es un dispositivo de salud mental, se lo considera un espacio de cuidado que permite interrumpir, al menos por algunas horas, la exposición de las personas a entornos de riesgo, brindando un respiro y un punto de apoyo para intervenciones sociales más amplias.
Desde las áreas sociales del municipio ya anticipan un invierno particularmente exigente, que demandará un refuerzo de los recursos disponibles y una atención constante a los nuevos casos que puedan surgir.
Para acceder al servicio, los interesados deben presentarse en el refugio desde las 20 horas con documento de identidad. Quienes no cuenten con DNI deben realizar una exposición policial. En el caso de personas sin domicilio en San Francisco, se admite la permanencia por un máximo de tres noches, mientras se gestionan los medios para su traslado al lugar de origen.
Ubicado en la intersección de Dante Alighieri y Avellaneda, el espacio no solo brinda protección frente a las bajas temperaturas, sino que también ofrece acompañamiento por parte de un equipo profesional. Esta labor se desarrolla en el marco de una coordinación entre la Secretaría de Políticas Sociales del municipio y el Consejo Interreligioso Social, con el objetivo de asistir a quienes enfrentan una combinación de dificultades económicas, sociales y personales.
Durante el verano de 2025, la ocupación del refugio alcanzó niveles significativamente más altos que en años anteriores. Las camas disponibles llegaron a cubrirse en un 70 %, frente al 30 % registrado en el mismo período de 2024. Este crecimiento refleja una mayor demanda vinculada a la precarización laboral, especialmente entre quienes dependen de trabajos informales y temporales que ya no alcanzan para cubrir necesidades básicas como el alquiler de una habitación.
Más allá del contexto económico, el perfil de quienes acuden al refugio también está marcado por situaciones complejas como el aislamiento social, los consumos problemáticos y las dificultades para sostener procesos de recuperación. Estos factores suelen agravar la situación de calle, y dificultan la reintegración en redes familiares o comunitarias.
Aunque el refugio no es un dispositivo de salud mental, se lo considera un espacio de cuidado que permite interrumpir, al menos por algunas horas, la exposición de las personas a entornos de riesgo, brindando un respiro y un punto de apoyo para intervenciones sociales más amplias.
Desde las áreas sociales del municipio ya anticipan un invierno particularmente exigente, que demandará un refuerzo de los recursos disponibles y una atención constante a los nuevos casos que puedan surgir.
Para acceder al servicio, los interesados deben presentarse en el refugio desde las 20 horas con documento de identidad. Quienes no cuenten con DNI deben realizar una exposición policial. En el caso de personas sin domicilio en San Francisco, se admite la permanencia por un máximo de tres noches, mientras se gestionan los medios para su traslado al lugar de origen.
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