La inflación de marzo fue de 11 por ciento
El organismo dio a conocer el IPC, que ya lleva un acumulado de 51,6 por ciento en los primeros tres meses del año. El Gobierno sigue celebrando sus supuestos "numerazos" mientras pisa los salarios de los trabajadores.
Viernes 12 de abril 2024 | 16:30 Hs.
La inflación de marzo, un mes que suele estar marcado como un pico estacional en el año, fue de 11% y estuvo por debajo de lo esperado por el mercado. Pese a que continua en niveles muy elevados, se trata del tercer mes consecutivo de desaceleración de los precios tras la devaluación de diciembre. El Gobierno y los analistas privados esperan que el descenso del IPC sea incluso más pronunciado durante este mes.
El índice de precios acumuló en lo que va del año un alza de 51,6%, mientras que en doce meses sumó 287,9%. La gran sorpresa fue que la inflación núcleo -aquella que no contempla precios regulados ni estacionales- mostró un avance de un dígito (9,4%). Los alimentos subieron 10,5%.
El organismo estadístico indicó que la división de mayor aumento en el mes fue Educación (52,7%), por los incrementos de las cuotas en los distintos niveles educativos al inicio del ciclo lectivo. Le siguieron Comunicación (15,9%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (13,3%), por alzas en el servicio de electricidad.
Las consultoras preveían, semanas atrás, que el dato del mes pasado podría ser similar al de febrero (13,2%). Es la misma variación que había dado el IPC porteño para ese mes, que mostró una desaceleración de casi un punto frente a un mes atrás. Sin embargo, ya el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que congrega el Banco Central (BCRA) preveía para el dato del Indec un 12,3%, un descenso frente al mes previo. Para el año se estimaba un 189,4%, una variación menor a la que dejó Alberto Fernández (211%). El costo de ese descenso lo pagará la actividad económica por el fuerte apretón monetario y fiscal que empuja el Gobierno, el freno del dólar y la licuación que están sufriendo los ingresos en un contexto, además, de tasas de interés negativas en términos reales.
Fue el ministro de Economía, Luis Caputo, el que advirtió que el número podría ser incluso un poco más bajo frente al reajustado por el mercado. En una entrevista, el viernes pasado, lo ubicó en torno al 10%. En las últimas horas, en varios despachos oficiales, se hablaba de la posibilidad de un IPC cercano al 10,5%.
“Los comerciantes reconocieron que fijaron sus precios con un dólar de $2000. En ese momento era lo que les pronosticaban las consultoras económicas. No solo no están subiendo los precios, sino que están bajando nominalmente. La carne volvió al promedio de diciembre-enero”, dijo en esa entrevista.
“La inflación de marzo creo que va a estar en torno al 10%. Ya no hay razones macroeconómicas para que haya inflación”, había dicho y había advertido que homologaría paritarias “razonables”. Caputo no solo enfrenta la presión de los gremios, como Camioneros, por aumentos de sueldos que recogen lo perdido tras la devaluación, sino que además está en un enfrentamiento directo con las empresas de medicina prepaga, a las que el Gobierno amenazó con llevarlas a la Justicia tras los aumentos de sus planes.
Semanas atrás, el ministro se había cruzado con las empresas alimenticias. Entonces, había decidido agilizar importaciones y bajarles temporalmente impuestos para hacer competir a la industria local. No es una opción similar la que existe con las prepagas, que subieron sus precios -atrasados en los últimos años- tras la liberación que habilitó el mismo Gobierno a través del decreto 70 publicado en diciembre.
Las expectativas de un IPC más bajo se consolidaron con las medidas tomadas ayer por el BCRA. La entidad que conduce Santiago Bausili describió: “La trayectoria descendente de la inflación minorista. Tras la corrección inicial de precios relativos en diciembre 2023 se observa una pronunciada desaceleración de la inflación, a pesar del fuerte arrastre estadístico que acarrea la inflación en sus promedios mensuales. Los relevamientos de precios de mayor frecuencia han resultado útiles para apreciar la dinámica mensual punta a punta. En los meses que se avecinan tomarán mayor relevancia en el diagnóstico de la trayectoria de la inflación las mediciones de inflación subyacente o núcleo, en vista de los ajustes de tarifas reguladas de servicios públicos anunciados”. En el Gobierno apuntan a una inflación de un dígito en la núcleo este mes, ya que el impacto de los precios regulados, por las subas de tarifas, será significativo.
El BCRA bajó ayer su tasa de interés de referencia para su política monetaria de 80% a 70%. Este cambio, indirectamente (ya no hay mínimos obligatorios), llevará la tasa para un plazo fijo a un 5% mensual.
La opinión de los analistas
“Para adelante, entendemos que surgirán nuevas presiones por el impacto de los ajustes postergados en algunos regulados (gas y agua) y los efectos de segunda vuelta de otros ya concedidos (electricidad, cuyos pagos efectivos empezaron a realizarse en marzo). También deberá incidir cierta recomposición de los salarios, que entendemos deberá ocurrir más temprano que tarde, y hasta una eventual nueva corrección del tipo de cambio, ante la magnitud del atraso que viene reflejando”, dijo Melisa Sala, de LCG.
“La desaceleración viene siendo más marcada que lo que habíamos previsto. Pero no creemos que estás tasas se sostengan en el tiempo, sobre todo cuando el ajuste de precios que estaban atrasados todavía no ha sido corregido”, advirtió la economista.
“El 11% de marzo es mejor de lo esperado por muchos analistas”, afirmó el consultor Federico Domínguez. “La inflación baja se da por cuatro motivos: no hay emisión para financiar al fisco, fuerte ajuste fiscal, tipo de cambio planchado, y normalización de importaciones”, agregó el especialista.
“Marzo y abril son los últimos meses de fuerte ajuste de precios relativos: luz, gas, agua, transporte, prepagas y colegios están terminando de completar sus aumentos. Al mismo tiempo, vemos una fuerte desaceleración en los precios de los alimentos. A partir de mayo, la inflación debería bajar fuertemente”, dijo y completó: “El mercado espera un 189,4% de inflación para 2024. Mi estimación es más cercana al 140%. Muchos analistas están subestimando el efecto de la recesión y el ancla cambiaria”.
Domínguez dijo que “es importante” porque junto con la baja de la inflación a partir de mayo o junio, se puede empezar a ver una recuperación en los salarios reales. “La misma será en forma de pipeta de Nike: caída abrupta y recuperación suave pero constante”, vaticinó. “El riesgo del proceso es el encarecimiento en dólares, que se mantendrá hasta que el país pueda avanzar con reformas estructurales y baja de impuestos. Una devaluación en este momento comprometería la baja de la inflación”, cerró.
El índice de precios acumuló en lo que va del año un alza de 51,6%, mientras que en doce meses sumó 287,9%. La gran sorpresa fue que la inflación núcleo -aquella que no contempla precios regulados ni estacionales- mostró un avance de un dígito (9,4%). Los alimentos subieron 10,5%.
El organismo estadístico indicó que la división de mayor aumento en el mes fue Educación (52,7%), por los incrementos de las cuotas en los distintos niveles educativos al inicio del ciclo lectivo. Le siguieron Comunicación (15,9%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (13,3%), por alzas en el servicio de electricidad.
Las consultoras preveían, semanas atrás, que el dato del mes pasado podría ser similar al de febrero (13,2%). Es la misma variación que había dado el IPC porteño para ese mes, que mostró una desaceleración de casi un punto frente a un mes atrás. Sin embargo, ya el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que congrega el Banco Central (BCRA) preveía para el dato del Indec un 12,3%, un descenso frente al mes previo. Para el año se estimaba un 189,4%, una variación menor a la que dejó Alberto Fernández (211%). El costo de ese descenso lo pagará la actividad económica por el fuerte apretón monetario y fiscal que empuja el Gobierno, el freno del dólar y la licuación que están sufriendo los ingresos en un contexto, además, de tasas de interés negativas en términos reales.
Fue el ministro de Economía, Luis Caputo, el que advirtió que el número podría ser incluso un poco más bajo frente al reajustado por el mercado. En una entrevista, el viernes pasado, lo ubicó en torno al 10%. En las últimas horas, en varios despachos oficiales, se hablaba de la posibilidad de un IPC cercano al 10,5%.
“Los comerciantes reconocieron que fijaron sus precios con un dólar de $2000. En ese momento era lo que les pronosticaban las consultoras económicas. No solo no están subiendo los precios, sino que están bajando nominalmente. La carne volvió al promedio de diciembre-enero”, dijo en esa entrevista.
“La inflación de marzo creo que va a estar en torno al 10%. Ya no hay razones macroeconómicas para que haya inflación”, había dicho y había advertido que homologaría paritarias “razonables”. Caputo no solo enfrenta la presión de los gremios, como Camioneros, por aumentos de sueldos que recogen lo perdido tras la devaluación, sino que además está en un enfrentamiento directo con las empresas de medicina prepaga, a las que el Gobierno amenazó con llevarlas a la Justicia tras los aumentos de sus planes.
Semanas atrás, el ministro se había cruzado con las empresas alimenticias. Entonces, había decidido agilizar importaciones y bajarles temporalmente impuestos para hacer competir a la industria local. No es una opción similar la que existe con las prepagas, que subieron sus precios -atrasados en los últimos años- tras la liberación que habilitó el mismo Gobierno a través del decreto 70 publicado en diciembre.
Las expectativas de un IPC más bajo se consolidaron con las medidas tomadas ayer por el BCRA. La entidad que conduce Santiago Bausili describió: “La trayectoria descendente de la inflación minorista. Tras la corrección inicial de precios relativos en diciembre 2023 se observa una pronunciada desaceleración de la inflación, a pesar del fuerte arrastre estadístico que acarrea la inflación en sus promedios mensuales. Los relevamientos de precios de mayor frecuencia han resultado útiles para apreciar la dinámica mensual punta a punta. En los meses que se avecinan tomarán mayor relevancia en el diagnóstico de la trayectoria de la inflación las mediciones de inflación subyacente o núcleo, en vista de los ajustes de tarifas reguladas de servicios públicos anunciados”. En el Gobierno apuntan a una inflación de un dígito en la núcleo este mes, ya que el impacto de los precios regulados, por las subas de tarifas, será significativo.
El BCRA bajó ayer su tasa de interés de referencia para su política monetaria de 80% a 70%. Este cambio, indirectamente (ya no hay mínimos obligatorios), llevará la tasa para un plazo fijo a un 5% mensual.
La opinión de los analistas
“Para adelante, entendemos que surgirán nuevas presiones por el impacto de los ajustes postergados en algunos regulados (gas y agua) y los efectos de segunda vuelta de otros ya concedidos (electricidad, cuyos pagos efectivos empezaron a realizarse en marzo). También deberá incidir cierta recomposición de los salarios, que entendemos deberá ocurrir más temprano que tarde, y hasta una eventual nueva corrección del tipo de cambio, ante la magnitud del atraso que viene reflejando”, dijo Melisa Sala, de LCG.
“La desaceleración viene siendo más marcada que lo que habíamos previsto. Pero no creemos que estás tasas se sostengan en el tiempo, sobre todo cuando el ajuste de precios que estaban atrasados todavía no ha sido corregido”, advirtió la economista.
“El 11% de marzo es mejor de lo esperado por muchos analistas”, afirmó el consultor Federico Domínguez. “La inflación baja se da por cuatro motivos: no hay emisión para financiar al fisco, fuerte ajuste fiscal, tipo de cambio planchado, y normalización de importaciones”, agregó el especialista.
“Marzo y abril son los últimos meses de fuerte ajuste de precios relativos: luz, gas, agua, transporte, prepagas y colegios están terminando de completar sus aumentos. Al mismo tiempo, vemos una fuerte desaceleración en los precios de los alimentos. A partir de mayo, la inflación debería bajar fuertemente”, dijo y completó: “El mercado espera un 189,4% de inflación para 2024. Mi estimación es más cercana al 140%. Muchos analistas están subestimando el efecto de la recesión y el ancla cambiaria”.
Domínguez dijo que “es importante” porque junto con la baja de la inflación a partir de mayo o junio, se puede empezar a ver una recuperación en los salarios reales. “La misma será en forma de pipeta de Nike: caída abrupta y recuperación suave pero constante”, vaticinó. “El riesgo del proceso es el encarecimiento en dólares, que se mantendrá hasta que el país pueda avanzar con reformas estructurales y baja de impuestos. Una devaluación en este momento comprometería la baja de la inflación”, cerró.
Más leídas
Más noticias
© 2024 Radiocanal - Todos los derechos reservados