Limpian y acondicionan las antiguas cisternas de agua potable

La Municipalidad de San Francisco concretó un profundo proceso de limpieza y acondicionamiento general de las cisternas del sistema de abastecimiento de agua potable.

Este mantenimiento es esencial para asegurar la calidad y seguridad del líquido vital que se suministra a todos los ciudadanos. 

Las cisternas, que fueron construidas en la década de 1940, son conocidas por su robusto diseño y durabilidad. A lo largo de los años, han demostrado ser fundamentales para el sistema de agua potable de la ciudad.

Las mismas pueden recibir 22.000 metros cúbicos cada una, lo que implica una capacidad de almacenamiento total de 44 millones de litros de agua potable en las dos cisternas.
Históricamente en San Francisco se demanda un consumo por día de 31.200 metros cúbicos en invierno, mientras que en la temporada de verano el mismo asciende a 38.400 metros cúbicos por día.

Para llevar a cabo el proceso de limpieza de la primera cisterna fue necesario utilizar cuatro bombas de achique, que permitieron extraer continuamente el agua de la cisterna. Esto se debió a que la válvula del conducto de 1.100 mm. de ingreso no se pudo cerrar completamente, lo que provocó un ingreso constante de agua. Gracias a estas medidas, se logró limpiar la cisterna de manera efectiva en poco más de una semana.

La limpieza de la segunda cisterna demandó un tiempo mayor debido a que la misma contenía un mayor cantidad de sedimentos, principalmente arcillosos, que son difíciles de remover. Estos sedimentos provenían del segundo acueducto, que transporta agua captada de un acuífero subterráneo, resultando en una mayor cantidad de materiales sedimentarios.

Para llevar a cabo el proceso de limpieza de las cisternas, las mismas fueron vaciadas casi por completo, dejando una pequeña cantidad de agua para ayudar a arrastrar los sedimentos del fondo. Una vez vaciada la mayor parte del agua, se procedió a la limpieza manual. Mediante el uso de barredores de fondo, se arrastran los sedimentos acumulados hacia la salida, asegurando así una remoción eficaz de las impurezas.

Durante la limpieza, se inspeccionaron las estructuras para identificar posibles problemas o necesidades de mantenimiento adicional.