Llegaron a México, les hicieron pasar un calvario, y los deportaron

Valentín y Guillermina tenían todo planeado para pasar el verano argentino en México. Salieron hacia el país azteca en Navidad, el 25 de diciembre, y querían volver el 25 de marzo. Iban a parar en lo de la tía de él, quien vive en ese país. 

Pero nada de eso pudo concretarse. Y eso que habían ido preparados: Guillermina había visto un video de una argentina que había sido deportada y por eso llevaron todos los papeles (itinerario de viaje, carta de invitación, documentos, etc) impresos.

Al llegar al aeropuerto de Cancún fueron hacia migraciones y comenzó el tramiterío habitual: les pidieron los vuelos de vuelta, el pasaporte, les hicieron algunas preguntas. Cuando dijeron que se iban a quedar tres meses, la situación comenzó a ser más tensa.

Los guardias mexicanos les preguntaron sobre sus intenciones, dónde iban a parar, cuánta plata llevaban. Pero ellos tenían respuesta para todo. Entonces, le preguntaron a Gullermina por la facultad.

"Les parecía raro que iniciara las clases en marzo”, contó Valentín a Canal 10. Y les dieron ejemplos de docentes que iban a vacacionar y se volvían en febrero. El tono ya era hostil y los chicos comenzaban a ponerse muy nerviosos.

Luego les revisaron el celular. A Valentín le vieron las conversaciones de Whatsapp, las fotos. “Buscaban algo raro”, contó el chico. Tras esto, los llevaron a otro cuarto, les retuvieron el pasaporte y el celular. Además, les hicieron firmar un consentimiento.

Hasta ahí, ellos solo tenían el equipaje de mano. En ese cuarto había otras quince personas, todas atravesando una situación similar. “Le pregunté a una chica que estaba ahí y me dijo que esperaba desde las 10 de la mañana. Eran casi las 19”, contó Valentín. 

En la sala hacía mucho frío y los oficiales de seguridad les daban papel aluminio para que se tapen. En ese marco, les hicieron una segunda entrevista pese a que, sospechaban, ya habían decidido su destino.

Fueron tres preguntas simples, sin una verdadera intención de buscar una solución al problema. Después les dieron 5 minutos de llamada, cada uno llamó a sus padres, y les volvieron a quitar el teléfono. Por último, los llevaron a una sala de espera vidriada cerrada con llave. 

El último argumento que les plantearon fue que no tenían la residencia permanente de la tía. Que la tenían, pero no estaba impresa. “Una excusa”, confirmaron los jóvenes. Al día siguiente, fueron escoltados hasta un avión y recién ahí les devolvieron el celular. 

En la parada que la aerolínea realiza en Perú les retuvieron los pasaportes, pero el trato no fue tan hostil. Recién recuperaron sus documentos en Córdoba.

Este caso no es el único que se registró durante la temporada. En Tik Tok se viralizó también el caso de otros cordobeses, Francisco y Flavia, que llegaron a México, fueron maltratados y luego de unas horas los deportaron.

Fuente e imagen: Cba24n