Vaca Muerta: Argentina se posiciona como potencia energética global, según expertos de EE.UU.
La formación de hidrocarburos Vaca Muerta, ubicada en la cuenca neuquina, está transformando a la Argentina en un actor clave del mercado energético global, según un artículo del Energy Analytics Institute, con sede en Houston, Estados Unidos. La publicación compara esta formación con las destacadas cuencas Permian y Bakken de Estados Unidos, y subraya su potencial para consolidar a la Argentina como un exportador energético estratégico.
Cifras destacadas:
Vaca Muerta aporta el 58% de la producción de petróleo y el 74% de la producción de gas del país. Además, se proyecta que, para 2030, su producción petrolera podría superar el millón de barriles diarios, posicionando a la Argentina como un jugador relevante en el mercado mundial.
El informe resalta el impacto de políticas como el Plan Gas.Ar y el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), además de avances tecnológicos en fracturación hidráulica y perforación horizontal. Estas medidas han permitido un aumento del 33% en las exportaciones de petróleo entre 2017 y 2023, siendo Estados Unidos, Brasil y Chile los principales destinos.
Infraestructura y desafíos:
El desarrollo de proyectos como el Gasoducto Perito Moreno y la reversión de flujos en el Gasoducto Norte han reducido la dependencia argentina de importaciones de gas natural licuado en un 43% durante 2024. Sin embargo, el sector enfrenta retos como altos costos de infraestructura e incertidumbres geopolíticas.
El presidente Javier Milei ha puesto a Vaca Muerta en el centro de su estrategia energética, buscando atraer inversiones para proyectos como Argentina LNG, una planta de licuefacción propuesta por YPF. Este proyecto podría posicionar al país como proveedor clave de GNL para Europa y Asia.
Con el declive en la producción de gas de Bolivia, Argentina está encaminada a convertirse en el principal proveedor energético del Cono Sur, redefiniendo las dinámicas comerciales con Brasil y otros mercados. Según el informe, con inversiones adecuadas, Argentina podría pasar de ser un importador a un exportador neto de energía, aprovechando su riqueza en recursos de esquisto para impulsar su economía y consolidarse como una potencia energética regional y global.