Grooming: una mirada desde la psicología forense sobre un delito que avanza en el entorno digital
El crecimiento del acceso a internet y la presencia constante de niños y adolescentes en redes sociales ha incrementado la aparición de situaciones de grooming, un delito caracterizado por la manipulación de un adulto hacia un menor con fines sexuales. Desde la psicología forense, se advierte que este fenómeno se desarrolla a través de procesos silenciosos y planificados que requieren una comprensión profunda para su prevención.
Jueves 20 de noviembre 2025 | 13:01 Hs.
Marcelo Horacio Pérez, especialista en Peritaje Psicológico Forense, nos comenta que el grooming no suele iniciarse de manera explícita, sino mediante un vínculo construido progresivamente. En ese proceso, el adulto adopta un rol aparentemente confiable: puede presentarse como un par, como alguien que comparte intereses o como una figura comprensiva. Esta estrategia permite generar un acercamiento emocional que, con el tiempo, habilita pedidos más invasivos y la posibilidad de conducir al menor a situaciones de riesgo.
Desde el análisis forense se observa que quienes ejercen grooming poseen habilidades destacadas para la manipulación y la lectura emocional. Identifican rápidamente vulnerabilidades como baja autoestima, escasez de contención afectiva o necesidad de aprobación. Esa capacidad para detectar fragilidades facilita el avance del proceso, que suele desarrollarse sin que el entorno adulto cercano lo note.
Los especialistas también destacan el papel central de las familias. Se subraya que la supervisión del uso de internet no debe interpretarse como un control estricto, sino como una construcción de confianza donde los niños puedan consultar y compartir experiencias en línea sin miedo al juicio o al castigo. Un ambiente de diálogo previo funciona como una herramienta clave de prevención.
Entre los signos de alerta más comunes se mencionan cambios abruptos en la conducta, ocultamiento del uso del celular, ansiedad ante notificaciones o aislamiento repentino. Si bien no constituyen pruebas concluyentes, funcionan como señales que ameritan atención y acompañamiento.
Quienes deseen consultas o asesoramiento especializado pueden comunicarse al 3564-695430 o acercarse al consultorio de Marcelo Horacio Pérez, ubicado en 25 de Mayo 640.
Desde el análisis forense se observa que quienes ejercen grooming poseen habilidades destacadas para la manipulación y la lectura emocional. Identifican rápidamente vulnerabilidades como baja autoestima, escasez de contención afectiva o necesidad de aprobación. Esa capacidad para detectar fragilidades facilita el avance del proceso, que suele desarrollarse sin que el entorno adulto cercano lo note.
Los especialistas también destacan el papel central de las familias. Se subraya que la supervisión del uso de internet no debe interpretarse como un control estricto, sino como una construcción de confianza donde los niños puedan consultar y compartir experiencias en línea sin miedo al juicio o al castigo. Un ambiente de diálogo previo funciona como una herramienta clave de prevención.
Entre los signos de alerta más comunes se mencionan cambios abruptos en la conducta, ocultamiento del uso del celular, ansiedad ante notificaciones o aislamiento repentino. Si bien no constituyen pruebas concluyentes, funcionan como señales que ameritan atención y acompañamiento.
Quienes deseen consultas o asesoramiento especializado pueden comunicarse al 3564-695430 o acercarse al consultorio de Marcelo Horacio Pérez, ubicado en 25 de Mayo 640.
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